🧦 Sencillos, limpios... hasta que me los puse. Estos calcetines blancos me acompañaron de la mañana a la noche, pegados a mis pies durante todo el día. Me los puse al levantarme, sin pensarlo, y luego dejé que el tiempo y mi piel hicieran el resto. ¿El resultado? Un olor suave pero muy presente, un tejido ligeramente cálido, a veces húmedo según mis movimientos. Absorbían cada paso, cada roce, y ese olorcillo íntimo que se instala de forma natural cuando no te los quitas. ¿Quieres saber si me los puse con zapatillas de deporte? ¿Con los pies descalzos en casa? ¿O todo el día fuera? 💌 Sólo tienes que preguntar. Y puedo contarte más en una pequeña nota deslizada con... - Me calentaron los pies. Ahora están listos para despertar tus deseos.