Soy la norma, no un sueño, ni una fantasía. Una reina con tacones altos, envuelta en seda y empapada en perfume que convierte el deseo en devoción con un solo paso. Mis medias no sólo se llevan puestas, están impregnadas de autoridad. Cada hilo lleva la esencia de mi poder, mi placer y tu propósito. Vendo más que tela. Vendo obsesión. Llevados durante los entrenamientos, las mañanas perezosas o los largos días dedicados a conquistar mi mundo, mis calcetines están impregnados del embriagador aroma de una mujer que es dueña de sí misma, de su tiempo y de todo hombre lo bastante débil para someterse. ¿Quieres olerlos? ¿A adorar? ¿Rendirte al aroma de la feminidad y la dominación puras? Entonces aprende cuál es tu lugar. A mis pies, de rodillas, con la cartera abierta. Porque nada de mí es gratis y todo en mí es adictivo. No entretengo a mendigos ni a chicos que buscan atención. Recompenso a los que rinden tributo con coherencia, lealtad y reverencia. No compras mis calcetines, te ganas el derecho a poseerlos. Entra en mi mundo, si te atreves. Pero te advierto que una vez que hayas probado el sabor de la Diosa Serafina, nada más volverá a satisfacerte.