Me abrocho los tirantes despacio, sintiendo cómo colocan las medias en su sitio: apretadas, suaves, pegadas a mis muslos. Cada pequeño tirón me produce un escalofrío. Sé cómo se ven... cómo se sienten. Permanecen cerca mientras me muevo, rozándome suavemente bajo el vestido, estirándose a cada paso. Y mientras camino, me siento, me muevo... se calientan conmigo. Se aferran a mi olor. Mi calor. Las llevo puestas el tiempo suficiente para que lleven algo de mí. Para que cuando lleguen a ti, no sólo lleven tela. Llevarán el rastro de cada momento que pasaron en mi piel.